La simplificación acabara con nosotros.
Escasez y mala fe.
¡Y
esto hoy en día! ¡Y en un tiempo donde la filosofía ha hecho tantos
progresos!... Parece que el fanatismo, indignado desde hace poco por los éxitos
de la razón, se debate bajo ella con más rabia aún. (1)
De las
pocas ideas que me quedaron claras de la época en que estudiaba en la Universidad
está la definición de la economía. Así se definía: la economía es la gestión eficiente de
los recursos escasos. La escasez está en la medula de la economía.
Se
hablaba también entonces mucho de David Ricardo y su ’Principios de Economía política
y fiscalidad’. Si Portugal e Inglaterra eran buenos elaborando vino y tejidos,
pero Portugal era mejor haciendo vino e Inglaterra haciendo tejidos, Portugal debería
dedicar toda su fuerza laboral a la producción de vino e Inglaterra la suya a
la producción de tejidos, de forma que todos ganaríamos con eso.
Con el
comercio internacional optimizaríamos así la gestión de los recursos. Luego vendría
Paul Samuelson con otro tipo de prueba para corroborar ese argumento. Una vez
en esa situación, con todos los países produciendo los bienes en los que tienen
ventaja relativa, a través del comercio internacional, la totalidad de los países
estaría en una posición mejor. Esto es, en esa situación hipotética en la que
los beneficios de ese comercio internacional se reparten equitativamente, todos
los países saldrían ganando.
Pero habría
que recordar el dilema del gato y del cascabel: ¿qué ratón impondrá la partición
equitativa al gato? (Alguien, seguidor del lema’ las cosas serán como siempre
han sido’ concluiría así: los ratones no pueden y los gatos no lo quieren)
Pero
ese principio de economía/escasez gobierna muchos ámbitos de nuestra vida y eso
nos puede traer consecuencias perversas.
Comenzamos
por el conocido bajo el nombre de la ‘navaja de Ockham’. Hablamos del principio
de la lógica medieval que Guillermo de Ockham y su maestro Duns Scoto
utilizaron mucho (2) y que luego William Hamilton lo califico
con el nombre de ‘navaja’ (3). El principio de que la pluralidad no
debe ser supuesta sin necesidad (Pluralitas non est ponenda sine necessitate) que domina a la ciencia.
Esa
significa, entre otras características, que lo puede ser hecho con poco no debe
ser hecho con mucho, que donde hay una relación directa no debe interponerse
una tercera cosa, y por fin, resumiendo, que se debe buscar una explicación
simple a los fenómenos.
La
Naturaleza parece seguir ese comportamiento en el principio de mínima acción.
Todo movimiento sigue la trayectoria que supone la acción mínima. En general se
expresa de esta manera: la Naturaleza en sus operaciones emplea la mínima acción
posible (4).
Se
dice, cuando se la antropomorfiza, cuando se la hace persona, que ‘la Naturaleza
es sabia’. En lugar de decir eso deberíamos
decir que nuestra sabiduría procede del conocimiento del comportamiento de la
Naturaleza. Nosotros, al contrario de esa tendencia a personalizar esa
Naturaleza y hacerla extraña a nosotros, somos ciertamente parte de esa
Naturaleza.
En el ámbito
de las personas, esta penuria se nota en nuestros sentidos. En nuestro imaginario
encontramos primero a la línea recta. Nos decían que la línea recta era la
distancia más corta entre dos puntos. Pero no, estamos sobre una esfera dentro
de un espacio curvado. Por ello la geodésica, la línea que originalmente iba
sobre la superficie de la esfera de la tierra, es la distancia más corta entre
dos puntos.
Si
vamos dentro de un coche en una llanura sin límite, aunque nos parezca ir sobre
una recta infinita, vamos sobre una trayectoria curva.
Algunos
físicos sostienen que vivimos en un holograma, pero sin llegar a tales extremos
está claro que esta escasez tiene su influencia en nuestros sentidos. Nuestros
ojos procesan los estímulos externos a una cierta velocidad, a unos fotogramas
por segundo, para obtener la información.
Pero más
allá de esta limitación, al parecer, nuestro cerebro teniendo en cuenta esa limitación
completa la información por sí mismo. Es bien conocido el ejemplo del cubo (5).
Vemos tres caras del cubo solamente, pero nuestro cerebro completa el cubo. De la
taza que tenemos delante solo vemos la parte que esta frente a nosotros. Pero
en nuestro cerebro completamos la visión.
Los
magos se aprovechan de esa limitación. Por ejemplo, cuándo se presentan ante
nosotros con un cubilete metálico en la mano izquierda y tres monedas solamente en
su mano derecha. Cuando empiezan a lanzar monedas desde la mano al cubilete,
seguiremos viendo volar desde la mano izquierda al cubilete, la cuarta, quinta
y posteriores monedas, a pesar de ser imposible. Estas monedas las tendrá
escondidas en la mano derecha que sostiene el cubilete, dejándolas caer dentro
del cubilete.
El
solo ruido de esas monedas al caer en el cubilete y el gesto de la mano derecha
‘lanzando’ nos hará ‘ver’ el vuelo de esa tercera, cuarta, y posteriores
monedas de una mano a la otra, a pesar de ser introducidas desde la misma mano
que sujeta el cubilete (6). Nuestro cerebro completa el proceso.
Bastará
escuchar los sonoros primeros compases de la Quinta Sinfonía de Beethoven, para
que venga a nuestra mente el primer movimiento completo, sin que lo evite el
que la música haya cesado después de oírse sus primeros compases.
Sin
entrar en la complicada problemática entre lo dado (Gegeben) y lo puesto por el
intelecto llevamos la escasez al siguiente nivel.
A
nivel intelectual está claro que no se puede conocer todo, ni se puede razonar todo.
Vivimos en un tiempo limitado y estamos inmersos en un entorno reducido. Así y
todo, cada uno completa una totalidad, la suya. Y esa totalidad tiene sus
componentes, aunque esos componentes tienen una mezcla propia en cada persona.
Un eremita en el último confín de la tierra también tendrá su idea de la
totalidad del mundo.
Solo
en una pequeña medida podemos discernir sus componentes. Esa totalidad es fruto de algunos factores,
entre ellos los siguientes: características evolutivas del desarrollo humano (la
incapacidad de visualizar algo espacialmente más allá de las tres dimensiones…),
las experiencias propias vitales, las costumbres de nuestro entorno y la información
cultural que hemos recibido (libros, media, estudios).
Toda
esta administración de nuestros recursos escasos nos da ‘nuestro mundo’. Y para
ese mundo es muy importante la historia oficial de ‘nuestro mundo’ que nos
pasan y cuentan. Aunque hace solo cien años nuestros padres o abuelos fueran
despedidos a pedradas del pueblo vecino por haberles ganado un triste partido
de futbol, en la historia de nuestra comunidad política se forja un pasado mítico
de hermandad.
Eso,
que en principio es muy importante para el mantenimiento de la comunidad tiene,
por otra parte, sus fallos. El prejuicio de considerar que nuestra comunidad política
es mejor que la de los otros es un error básico.
Para
ilustrar este narrar interesado de la Historia vayamos a la guerra entre Carlos
V y Francisco I. En los libros españoles cuando estudie el bachillerato se
ilustraba con un dibujo de Francisco I. descabalgado del caballo y bajo la
espada del soldado (bajo la espada de Joanes de Urbieta, de Hernani). Y debajo
del dibujo se decía: Francisco I siendo derrotado en Pavía. Luego aparecía en algún
lugar del texto la frase de Francisco I diciendo: ’yo solo me rendiré ante el
rey’.
En
Francia en el libro de bachiller de un conocido mío, aparecía el dibujo de
Carlos V sentado ante las murallas de la ciudad de Metz. Y en el pie del dibujo
decía: ‘Carlos V pensativo ante las murallas de Metz que no conseguirá
conquistar’. La misma guerra, dos narraciones.
Situándonos
en un ámbito posicional, con esos componentes limitados cada uno forma la
imagen de sí mismo. No es como le ven los demás, sino como se ve a sí mismo. De
la misma manera en que a cada coordenada dándole un valor, con un punto
matemático en cada una de las coordenadas del conjunto se obtiene una figura en
el espacio, así cada uno completa su posición en el mundo que conoce.
Gestionando todos los datos que conoce, se define a sí mismo. Y no es problema
menor saber cuántas coordenadas utiliza. De manera sofisticada o simple cada
uno hace su composición.
Alguno
de esos puntos nos lo da la sociedad, como la edad, profesión, estudios,
posición social, etc. Otros los lleva cada uno en su interior, propósitos,
hasta qué punto está dispuesto a comprometerse, deseos, sueños, etc. En cada
etapa de la vida alguna de las coordenadas será más importante que las demás.
En esa
totalidad hay una parte que nos es extraña, que nos es desconocida, donde tiene
cabida lo imprevisto. Esa totalidad, por ello, tiene su elasticidad. Esto es,
la capacidad de poner sus creencias en duda o de modificarlas, de cambiar de
‘posición’.
Yo si
hoy hiciese un primer borrador de mí, diría algo así: Vascoparlante, que quiere
vivir en su lengua, que aún no ha encontrado una editorial con la suficiente
audacia como para publicar su libro, etc. Intenta hacer aquí un pequeño esbozo
de tu ‘posición’.
Esa
escasez de recursos que administramos tiene sus puntos malignos. Y esos puntos
nos llevan a una posición crítica. Esto es, nuestro futuro empeorara si no los
corregimos con prontitud. Entre los más importantes elegiré cuatro.
Los
cuatro se fundan en lo que se llama razonamiento de ‘mala fe’ (7).
El primero lleva a gran parte de la sociedad a una posición de inferioridad, y los
otros tres podemos situarlos dentro de lo que Freud llamada la pulsión del ‘thanatos’(impulso
que lleva al ser a la muerte o a la destrucción).
Sobre
el primero citare las palabras de Simone de Beauvoir, que expresan mil veces
mejor que lo que yo podría decir al respecto. Así dice ella: ‘Los antifeministas sacan del examen de la Historia dos
argumentos contradictorios: 1º Las mujeres no han creado nunca nada
extraordinario; 2º la situación de la mujer no ha impedido nunca el
desarrollo de grandes personalidades femeninas. Hay mala fe en estas dos
afirmaciones; los éxitos de algunas privilegiadas no compensan ni excusan la
degradación sistemática del nivel colectivo; y que estos éxitos sean raros y
limitados prueban precisamente que las circunstancias les son desfavorables’ (8). No habrá una sociedad sana y completa, esto es, sin castas y
libre, mientas la mujer no sea sujeto y equiparada al hombre.
El
segundo ejemplo de mala fe sería el siguiente: la maldad está en los otros
grupos, y por ello nuestro ataque, no es ataque sino nuestra defensa. Si a eso
le añadimos un líder que quiere mantenerse en el poder para toda su vida, la
guerra, la destrucción y la muerte serán su consecuencia obligada. No importa
cuanta destrucción, terror y muerte se lleven a la vida del otro grupo, pues el
otro grupo es una sociedad maligna. La nuestra no, la nuestra es pura y limpia.
El
tercer ejemplo lo podemos situar en el pasado mítico. Ese pasado mítico, tras
dieciocho siglos de ausencia, le da al recién llegado el derecho de expulsar al
grupo que desde hace siglos vive en esas tierras. Una historia cultural
asombrosa y el ser la fuente de muchas religiones puede mancharse totalmente de
esa forma. Un pasado conflictivo y plural se ‘convierte’ en un pasado homogéneo
y eso da derecho a ‘tirar al mar’ al otro grupo, para que el nuestro sea dueño
y señor absoluto.
El
cuarto rezaría así: La Naturaleza es sabia y por ello no nos debemos preocupar
por ella, ya que ella sola se curará de las heridas que le infrinjamos. Sigamos envenenando las aguas, las tierras y
el aire sin ningún reparo, ni preocupación, ya que la Naturaleza se curará
sola.
Esa
mala fe nos lleva al abismo. Si no cambiamos de dirección no dejaremos nada
bueno a nuestros herederos.
(1) Voltaire. (1763). Traité
sur la tolérance. http ://www.bibebook.com/search/978-2-8247-1631-2:
bibebook
‘Et c’est de nos
jours ! et c’est dans un temps où la philosophie a fait tant de progrès ! … Il
semble que le fanatisme, indigné depuis peu des succès de la raison, se débatte
sous elle avec plus de rage.’
(2)
Así decía Guillermo de Ockham en su Summa
Logica, I,12: ‘Y para éstos, esta razón es porque ‘es vano hacer con más lo que se puede
hacer con menos”. (Et pro istis est ratio ista
quia ‘frustra fit per plura quod potest fieri per pauciora’).
El texto latino puede leerse en la siguiente
dirección de internet: http://www.logicmuseum.com/wiki/Authors/Ockham/Summa_Logicae/Book_I/Chapter_12
(3) Hamilton, W. (1853). Discussions on Philosophy and Literature.
New York: Harper & Brothers , Publishers
“Estamos, por lo tanto, facultados para aplicar la
‘navaja de Ockham’ a esta teoría de causalidad” (We are, therefore, entitled to apply “ Occam's razor ”
to this theory of causality)
(4) Euler, M. (1753). Dissertation
sur le principe de la moindre action avec les examens de l'objections de...
Berlin: Michaelis
Que la Naturaleza en todas sus operaciones emplea el mínimo de acción que
sea posible (Que la nature dans toutes
ses operations employe les moins d’action qu’il soit possible)
(5) Husserl, E. (1973). Cartesianische
Meditationen und Pariser Vorträge. The Hague: Martinus Nijhoff
“ por ejemplo "el cubo aquí cerca", se revela
a su vez como la unidad sintética de una diversidad de variantes fenoménicas
correspondientes a ella. La cosa cercana, en cuanto tal, se presenta ya por
este, ya por aquél "lado", y cambian las "perspectivas
visuales", pero también las "táctiles", las
"acústicas" y demás "variantes fenoménicas", como podemos
observar dirigiendo la atención de la manera correspondiente.” (etwa Würfel hier in der Nahsphäre,
zeigt sich aber selbst wieder als synthetische Einheit einer Mannigfaltigkeit
zugehöriger Erscheinungsweisen. Nämlich das Nahding als dasselbe erscheint
bald von dieser, bald von jener Seite,
und es wechseln die "visuellen Perspektiven", aber auch die
"taktuellen", die "akustischen" und sonstigen
"Erscheinungsweisen", wie wir bei entsprechender Richtung der
Aufmerksamkeit beobachten können)
(6) La explicación de ese truco está tomada del siguiente
libro:
‘’Los engaños de la mente’’-S.L.Macknik,S.Martinez-Conde,
con Sandra Blakeslee.Ediciones Destino
(7) Sartre, J.P. (1943). L'être et le néant. Paris: Gallimard
Para el que practica la mala fe,
se trata de enmascarar una verdad desagradable o de presentar como verdad un
engaño placentero (pour celui qui pratique la mauvaise foi, il s'agit bien
de masquer une vérité déplaisante ou de présenter
comme vérité une erreur plaisante.)
(8) De Beauvoir, S. (1976). Le
deuxième sexe. Paris: Gallimard
‘Les antiféministes tirent de l’examen de l’Histoire deux
arguments contradictoires : 1° les femmes n’ont jamais rien créé de grand ; 2°
la situation de la femme n’a jamais empêché l’épanouissement des grandes
personnalités féminines. Il y a de la mauvaise foi dans ces deux affirmations ;
les réussites de quelques privilégiées ne compensent ni n’excusent
l’abaissement systématique du niveau collectif ; et que ces réussites soient
rares et limitées prouve précisément que les circonstances leur sont
défavorables’
Pedro Moso:
ErantzunEzabatuLa gestión eficiente de los recursos escasos parece misión imposible. Con una mirada un poco más doméstica que la tuya, uno cree que se despilfarra mucho dinero en gasto "ideológico" que se debería emplear en mejorar la sanidad, educación, justicia, vivienda...
Seré frívolo e irresponsable pero no consigo preocuparme por el futuro de la Naturaleza. Bastante tengo con preocuparme de mis incipientes achaques. Aunque ahora que lo pienso ellos también son naturaleza. EL tiempo se me escapa arena entre los dedos mientras que el mundo seguirá dando vueltas y vueltas tan campante
La verdad es que no tengo las ideas muy claras sobre el complejo conflicto árabe israelí pero quizá nos da una pista recordar cómo los de siempre se repartieron el imperio otomano
Marga Garcia Enguix
ErantzunEzabatuEgunon Joseba, leído el blog, se me hace muy denso. Veo un puñado de ideas y reflexiones sobre la vida, entremezcladas con pensamientos economicistas, feministas, filosóficos, ecologistas
Quizás le falta más fluidez en la narrativa, y ejemplos más contemporáneos, lenguaje más actual.
Mi formación más sociológica y activista me pide análisis más arriesgados y actuales.
No obstante, admiro tu constancia de bloguero.
Y lamento esa ceguera de las editoriales para publicar
Julio Redondo
ErantzunEzabatuGracias x el acceso a tu ultimo blog, no me preguntes la razón, pero me parece desde tu autoanálisis como vascoparlante y otros, que quizás es cosa mía, te veo más " sembrado" que en previos trabajos y la lectura me ha hecho " sentir bien" creo esta vez lo has puesto un poco más asequible al ‘vulgo’.