De buena se libraron el día siguiente a Santo
Tomas
‘Inocente, inocente, rabo del perro tirante. ¿Cuántas veces
he dejado de escuchar algo así?’-murmuraba Peru. Pero no se daba cuenta cuando
alguien estaba mintiendo. No era capaz de coger el segundo sentido de las
cosas. Lo que si tenía claro era que si las cosas tenían dos sentidos, ¿por qué
no habían de tener tres, cuatro o más? De esta manera se sentiría atrapado en
un laberinto del que no podría salir.
Por lo menos no era tan inocente como el pajarito que él tenía
en una jaula en casa. Ese pajarito comenzaba a trinar cuando abría el grifo. El
ruido del grifo le parecía ser el canto de otro pájaro y hasta cerrar el grifo
de la fregadera cantaba sin parar.
No le pareció raro que un cura que salió de Cuba cuando la revolución
con el dinero que trajo de allí abriera un taller en la zona de Gazteluondo.
Ese cura conocido en el pueblo por el mote de ’Tripitas ‘no siguió la consigna
de Castro (‘elige: a cortar caña o a bailar a España’) y volvió para realizar
un trabajo nada espiritual. Peru tomó ese acto tal cual,sin darle más vueltas.
Estaba dicho: obtendrás tu pan con el sudor de la frente. No había que buscarle
más sentidos.
Tales pensamientos tenía años después, cuando observaba la
calle desde la ventana de su casa. Pero si aquel día
hubiera acertado…
No habría escuchado en el trabajo, en la Unión Cerrajera,
las historias que le contaba Anjel. Solía escuchar en su radio de válvulas de
color madera la BBC, la Pirenaica y Radio Paris. No había otra fuente de información
en tiempos de la dictadura. Una vez, escuchando la Pirenaica comenzó a escuchar
totalmente asombrado una canción que decía:’Christus vincit, Christus regnat, Christus,
Christus imperat’.
’Vaya cambio han tenido los comunistas’-le salió desde muy
dentro anonadado. Luego se dio cuenta que Radio Vaticano se había metido en la sintonía
de La Pirenaica, no había habido ningún otro cambio político.
Otro día en Radio Paris un cubano, creía que era Guillermo
Cabrera Infante, habló sobre el término `Latinoamérica’. No todo era política
en un sentido estricto en la radio, sino que también se daba en un sentido más
amplio.
‘El hablar mucho sobre política puede llegar a ser aburrido’-se
dijo para sí Peru. Decía que el término ‘Latinoamérica’ era una francesada. El
termino correcto era ‘Hispanoamérica’. Pues los franceses no hicieron gran cosa
en América del Sur y con ese nombre, como cortina de humo, ocultaban esa falta
de participación.
No habría conocido la ‘fiebre del heredero’ que se dio
entre los Uribe-etxebarria en la zona de Mondragón. Al parecer un
Uribe-etxebarria inmensamente rico murió sin herederos en Cuba. Para reclamar
la herencia comenzaron todos a buscar las partidas de nacimiento, para
demostrar el parentesco con el fallecido.
Andaban muchos entonces fumando grandes puros y llenos de
felicidad. Pero supieron al final que la iglesia de Larrino sufrió un incendio en
el pasado y que las partidas de nacimiento necesarias se habían quemado. La
esperanza desapareció como el humo. ¡Qué lástima! Pero si aquel día hubiera acertado…
Tampoco habría escuchado la explosión nocturna en el bar Bengoa.
Todo el pueblo sabía que el motivo de que le pusieran una bomba fue que ponían
por las noches muy alta Radio Paris. Caro pagaron los del bar Bengoa el deseo
de tener una información fidedigna. Menos mal que aquella medianoche no había
nadie en el bar.
Aprovechando la visita del presidente peronista argentino Héctor
J. Cámpora a Madrid, no habría visto tampoco lo siguiente. Jesús Mari Garai y
parte de su cuadrilla, casi todos miembros del Movimiento Comunista de Euskadi,
entrando en el bar ‘Tío Tom’ gritando: ‘Aquí están, estos son, los muchachos de
Perón. ¡Franco kanpora!’ (=¡Fuera Franco!).
Anjel también le contó una extraña anécdota de su casa. Un
día se le acabó el jabón de afeitar. Muy enfadado echo la maquinilla de afeitar
al suelo diciendo: ‘no tengo nada. ¡Jabón del obispo!' Su hijo Joseba viéndole
en tal situación apurada se fue corriendo, sin pensárselo dos veces, al piso de
arriba.
Allí le abrió la puerta su tía Salvadora. El hijo le
pregunto: ¿No tendréis jamón del obispo? La tía sorprendida le preguntó: ‘¿Jamón?’.
El hijo le dijo firme: ‘No, no, jamón del obispo’. Al socorro acudieron a la
puerta también su tío Félix Otaduy y su prima Pilar. Todos querían saber qué es
lo que quería su hijo y él por su lado se preguntaba para sí: ‘Pero, pero…como
no pueden saber qué es una cosa tan simple’.
Al final Anjel escuchó el alboroto y subió para acabar con
esa conversación tan embrollada. Pero si aquel día hubiera acertado…
Aquel día siguiente a Santo Tomas estaba Peru en su puesto
de trabajo en la Unión Cerrajera. ¡Bam, bam!, estaba clavando cajas de madera
cuando apareció Antón, que ya había dado algún que otro trago a la bota de
vino.
‘Peru, ¿tú no habías comprado lotería de Navidad?’-le
pregunto con una mirada penetrante.
’Si, tengo la del
bar Monte’-le respondió Peru sin prestarle mucha atención.
’Pero, pero… ¿qué haces aquí? ¿No sabes que el permio gordo
ha tocado allí? ¿A qué esperas?’-le respondió Antón simulando estar asombrado.
Al principio le pareció poco creíble, pero de repente vio
aparecer ante él el besugo, el bacalao, la merluza, el vino, el licor, la crema
de nueces, la compota, el capón, todo sobre una mesa de Navidad muy bien
surtida. Sintió una felicidad embriagadora. No era persona de grandes sueños.
Algo tan simple como una mesa de Navidad copiosa le ponía rebosante de felicidad.
’ ¿En serio?’-solamente fue capaz de articular.
’ Si, hombre, ¡vete ahora mismo!’- le respondió Antón, simulando
la máxima seriedad que pudo.
Peru se levantó y salió a la calle. No sabía por qué
motivo, pero antes se metió en el bolsillo del buzo una llave inglesa grande.
Con sus largas piernas pronto llego al bar Monte. Allí estaba Joxe Etxagibel,
alto, de espaldas anchas y con una boina bastante más grande que su cabeza.
’ ¿Como así tan pronto, Peru? ¿No tenías trabajo que hacer,
pues? -le dijo Joxe extrañado.
’ ¡Qué trabajo ni que ocho cuartos! ¿No ha tocado aquí la lotería,
o qué?’-le respondió bastante enfadado Peru.
‘No, que va. Como siempre, Perú, les ha tocado a algunos madrileños.
¿qué pensabas, pues? A veces pienso que esta lotería está pensada para eso.’-dijo
totalmente asombrado Joxe.
‘Pero, pero…’-farfulló Peru, sin poder decir nada más.
‘¿Dónde has oído tal burrada?’-le dijo frunciendo el ceño
con gesto de curiosidad Joxe.
Al oír la palabra ‘burrada’ algo hizo crac en la cabeza de
Peru. Todas sus buenas intenciones desaparecieron como en un agujero oscuro. En
su lugar un oscuro propósito se apoderó de su mente. ¡Tengo que acabar con ese
bromista cabrón!
Allí se quedó Joxe Etxagibel diciendo para sí: ’Yo tuve que
estar en Argentina en una lechería todo el santo día ordeñando vacas. Aburrido
de ese trabajo tuve que volver a casa. Este Peru si hubiera estado como yo en
Argentina se habría perdido en alguna isla al regresar a casa.
El perdido y también la isla, una de esas que no aparecen
ni en los mapas. ¡Pobre! Alguna otra persona tendría que ir en su busca para que
acabase llegando aquí!’
Peru se dirigió hacia la Unión Cerrajera. En su cabeza solo
estaba el propósito de matar a Antón. Algo
dentro de él pedía venganza. No cualquier venganza sino aquella que hiciera
desaparecer toda su vergüenza y rabia. Cualquier otra opción no era planteable.
Inocente, sí, pero no un juguete en el que cualquier tonto saciase
sus ganas de tomar el pelo, ¡de ninguna manera! Hoy mismo se tenía que quitar
de encima ese sambenito. Sabía que Antón siempre salía cinco minutos antes de
que sonara la bocina y que lo hacía solo.
Se escondió sigilosamente detrás de la primera esquina en
el camino hacia la casa de Antón. Cogió la llave inglesa con la mano derecha y
miró al reloj. ‘Ahora aparecerá’-se dijo
a sí mismo. Se sentía muy seguro. Tenía muy claro cómo debía golpearlo,
directamente en la cabeza. Por el sonido de los pies de Antón contra el
pavimento se dio cuenta que ya venía, con su andar despreocupado. Venia
silbando.’ Aquí viene este demonio con aspecto de santo, pero hoy ha hecho su
última barrabasada’-pensó levantando la llave inglesa por encima de su cabeza.
¡Tac, tac! ¡Tac, tac!, se acercaba con prisa Antón. Cuando
estaba asomando su cuerpo y Peru iba a asestarle el golpe en la cabeza, notó
Peru que algo sujetaba con fuerza su mano derecha. Antón viendo el trance
apurado en el que se encontraba dio un enorme salto hacia adelante. Peru cuando
sintió su mano derecha libre lanzó el golpe con la llave inglesa. Era tarde,
para entonces Antón estaba a unos diez metros de distancia.
Iba corriendo hacia su casa. En aquel momento el cuerpo de
Antón era todo pies. Antón se decía a sí mismo: ‘de buena me he librado, casi
se acaban para mí todas las visitas a la taberna’. Atrás quedó Peru.
Peru miró detrás suyo y no había nadie. ‘¿Quién o qué me ha
sujetado la mano?’- pensó sin poder salir de su asombro. Se arrodilló y comenzó
a decir:’ ¿Qué iba a hacer? Casi acabo de por vida en la cárcel de Pamplona. ¡De
buena me he librado! He estado a punto de malgastar mi vida por ese bromista. No
sé qué ha sujetado mi mano. Pero doy las gracias a eso’.
Se le empezó a empañar la vista a Peru, tenía algunas
lágrimas en los ojos. Se levantó, quitándose el polvo de los pantalones del
buzo y se dirigió a su casa para comer. ‘Hoy tengo porrusalda para comer. Y
medio vaso de vino tinto ¡Qué rico! ¡La vida sigue!’’-murmuró Peru.
…
Que quede claro que lo narrado es cierto.
La participación de Joxe Etxagibel y los nombres del
bromista y del inocente son las únicas invenciones de esta narración. Era
obligado ya que no conozco los nombres auténticos.
El resto es autentico y al que esto escribe le hubiera
gustado no estar tan en el centro de la acción en algunas de las anécdotas
contadas.
Quiero agradecer a mi cuñado Juan Mari Murua por haberme
recordado el nombre de la taberna Tío Tom, que yo había olvidado.
Pedro Moso:
ErantzunEzabatuNo sé quién dijo que la realidad era tan rica como materia literaria,que los escritores no necesitaban inventarse nada. Claro que luego cada cual trabaja a esa materia prima a su manera
Marga Garcia Enguix:
ErantzunEzabatuAurrera Joseba!!! Estas recopilando historias y anécdotas familiares, que de otra forma se perderían
Juan Fernandez-Nespral:
ErantzunEzabatuAcabo de disfrutar la historia de Peru (nombre ficticio de la Redacción, según parece). Tú sigue, que estas historias costumbristas son muy de agradecer.
Narciso Vaca Pedrero
ErantzunEzabatu¡Bonitos relatos!Me gusta este giro.Son naturales y crean expectacion al leerlos.